miércoles, 18 de octubre de 2017

Europa medieval

Europa medieval

Este periodo abarca desde 476 -con la caída del impero Romano- hasta 1492 -con el descubrimiento de América- es decir, desde el siglo V, al siglo XV. 


                                           Representación de rey de Portugal, Juan I
                                                        en la batalla de Aljubarrota 1385

Actualmente, los historiadores del periodo, prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media por lo que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía, que sería una gran etapa de transición en todos los ámbitos, por ejemplo: En lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales; en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica respectivamente.


Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media -siglo V a siglo X, sin una clara diferencia con la Antigüedad Tardía- y Baja Edad Media -siglo XI a siglo XV-. Este último que a su vez puede dividirse en un periodo de plenitud -la Plena Edad Media, siglo XI al siglo XIII-, y los dos últimos siglos que presenciaron la Crisis de la Edad Media o del siglo XIV.

El concepto de Edad Media nació como la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal Cellarius (Historia Medii Aevi a temporibus Constanini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688),4 quien la consideraba un tiempo intermedio, sin apenas valor por sí mismo, entre la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de la civilización grecorromana de la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad Moderna -en la que él se sitúa- que comienza con el Renacimiento y el Humanismo. La popularización de este esquema, según historiadores medievalistas como Le Goff o Eco, ha perpetuado un pre-concepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento social y económico secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenarista alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas.

Hechos relevantes del medioevo



HECHOS RELEVANTES DEL MEDIOEVO


Durante el medioevo, ocurrieron grandes sucesos que marcaron por completo la historia de la humanidad y que, hoy en día, sigue siendo de gran relevancia en nuestra cotidianidad. A continuación veremos cuáles fueron estos acontecimientos.


Surgimiento del Feudalismo 

Durante muchos años antes de la Edad Media, en Europa se desataron guerras por el dominio de los territorios. Esto provocó que, con el tiempo, la vida social y la economía se afectaran mucho. El poder de los reyes se debilito. Para superar sus dificultades, éstos buscaron el apoyo de los nobles a cambio de entregarles tierras. Como resultado, surgió un nuevo sistema social y político, llamado feudalismo.



El sistema feudal se basaba en una relación entre los nobles conocida como vasallaje. Es decir, se basaba en un contrato verbal y de honor, que establecía obligaciones mutuas entre el señor -el rey- y sus vasallos -los nobles-.

Según este contrato, el señor feudal debía prestar justicia y protección al vasallo, además de entregarle un feudo o extensión grande de tierras. Los vasallos, entonces, juraban fidelidad al señor feudal y se comprometían a respetarlo, a obedecerlo y a apoyarlo en caso de necesidad. Los vasallos tenían su propio ejército, imponían las leyes, administraban la justicia y cobraban impuestos a los campesinos del feudo.



Caída del Imperio Romano de Occidente (476 d.C)

La caída del Imperio Romano de Occidente se considera como el comienzo de la Edad Media. El último emperador romano fue Julius Nepos, que fue nominado por el emperador oriental Zeno.




La rebelión de Nepo destronó a Julius Nepos y declaró a su propio hijo, Romulus Augustus, como el nuevo emperador del Imperio Romano de Occidente.


Sin embargo, Odoacar invadió Italia y derrotó a Orestes y depuso a Romulus Augustus el 4 de septiembre de 476. Luego invitó a Zeno a ser el emperador del Imperio Oriental y Occidental. Zeno aceptó la invitación mientras que Julius Nepo fue asesinado por sus propios soldados en el año 480.



 La conquista islámica




En 627 el emperador bizantino Heraclio apareció triunfante. Sus fuerzas habían empujado a los persas desde las mismas puertas de Constantinopla y su avance hacia Mesopotamia había infligido una aplastante derrota a su comandante Rhahzadh en la batalla de Nínive.

Sin embargo, menos de una década después, los generales de Heraclio fueron golpeados en la batalla de Yarmouk. Sus adversarios en esta ocasión fueron las tribus árabes, unidas con éxito en una sola entidad política bajo el Profeta Muhammad.


Armenia cayó a los musulmanes seguido por Egipto entre 638 y 642. Bajo el Rashidun y el Umayyad Califatos los musulmanes conquistaron un área de quizás 13 millones de millas cuadradas.


La expansión del imperio trajo riqueza, comercio y urbanización. Por el décimo siglo Abbasid Bagdad era la ciudad más grande del mundo y era casera a los bancos, a los hospitales, a las escuelas ya las sociedades comunes en entre las mezquitas y los palacios de la ciudad.



 Charles “El martillo” y la batalla de Tours (732 d.C)




Charles Martel, también conocido como Charles “El martillo”, fue un líder político y militar francófono que trabajó bajo las órdenes de los reyes merovingios como alcalde del palacio.

En el año 732 d.C, derrotó a los invasores moros en la Batalla de Tours, que puso fin permanente a los invasores islámicos y su expansión en Europa occidental.


Charles Martel es considerado como uno de los padres fundadores del feudalismo y de la caballería de Europa. Preparó los terrenos para el establecimiento del Imperio Carolingio. Era el abuelo de Carlomagno.



 Carlomagno, el emperador de los romanos (800 d.C)




Carlomagno o Carlos el Grande era un rey franco que amplió su reino y cubrió casi toda la Europa occidental y central. Fue declarado como el emperador de los romanos en el año 800 d.C y disfrutó del imperio hasta su muerte.

Asoció sus pasos políticos con la Iglesia y alentó el resurgimiento del arte, la religión y la cultura también con la ayuda de la Iglesia.




El Sacro Imperio Romano de Alemania (962 d.C)




Otto I fue el sucesor de Henry el Fowler, el duque de Sajonia que se convirtió en el primer emperador sajón. Al igual que su padre, Otto I logró proteger a los alemanes contra los invasores magiares.

Eligió crear un monasterio alemán. Esta lealtad natural con la Iglesia y el reino alemanes le ayudó a ganar control sobre los duques de la rebelión y a establecer su imperio.


En 962 d.C, el papado de Italia lo invitó y lo declaró como el Emperador de Italia y estableció su Santo Imperio Romano.




Declaración de la Magna Carta (1215 d.C)




La Magna Carta Libertatum, o la Gran Carta de las Libertades de Inglaterra, fue emitida originalmente en 1215 d.C. Esta carta está considerada como el primer paso hacia el gobierno constitucional de Inglaterra. La Carta Magna restringió el poder del Emperador y demostró la importancia de una Constitución.



 La Gran Hambruna (1315-1317 d.C)




Todo el norte de Europa sufrió la Gran Hambruna, cuyo comienzo está fechado en 1315 y se prolongó durante dos años, hasta 1317. Durante este período, una gran parte de la población murió de hambre y enfermedades.

Además de la falta de alimentos, la tasa de delincuencia aumentó hasta el extremo y hubo canibalismo, violaciones e infanticidios.


La gran hambruna provocó inquietud en los campesinos y hasta los miembros de la nobleza sufrieron un revés. Como resultado, se volvieron más sanguinarios y renunciaron al juramento de caballería.




La Guerra de los Cien Años (1337 d.C)




La Guerra de los Cien Años comenzó en 1337, cuando el Reino de Inglaterra emprendió la guerra contra el Reino de Francia.

Si bien hubo muchos períodos de paz y alto el fuego entre Inglaterra y Francia durante el período, esta guerra continuó una y otra vez con conflictos diferentes hasta 1453.




 La Muerte Negra (1348-1350 d.C)




La Muerte Negra o la Peste Negra es la epidemia más amenazante de la Edad Media europea, y debilitó significativamente el sistema feudal y la Iglesia en Europa.


Enormes masas de personas sufrieron una muerte prematura debido a esta plaga y se redujeron significativamente el poder económico y político de los reinos de Europa.


Para sacar provecho de la situación, los campesinos se rebelaron y pidieron un mejor trato. El resto de la población se enojó con la Iglesia porque ningún volumen de oraciones podía salvarlos. También se molestaron con el gobierno porque el gobierno tampoco podía ayudarlos.




El renacimiento del aprendizaje en Occidente

En 711 los musulmanes invadieron España, transformándola en Al-Andalus. Después de 375 años de asentamiento islámico las fuerzas cristianas en la Península lograron avances sustanciales, capturando el importante centro de Toledo.

Como resultado, entraron en contacto con el corpus científico greco-islámico y hombres como Gerard de Cremona y Robert de Ketton comenzaron a traducirlo al latín.


Curiosamente, no mucho de la literatura clásica parece haberse traducido en estos movimientos particulares (en contraste con el posterior renacimiento en el siglo XIII).


En su lugar, el enfoque se centró principalmente en la lógica y la filosofía natural, lo que indica que hubo una fuerte demanda de éstos en los siglos XII y XIII. Había alguna necesidad que debía ser llenada por obras naturales y filosóficas, una necesidad alimentada por las escuelas iniciadas por Carlomagno.


Estas escuelas se desarrollaron como centros importantes de aprendizaje y rápidamente reemplazaron los centros monásticos rurales como el centro del estudio intelectual.


Éstos dieron a luz a la universidad – las corporaciones con la personalidad jurídica separada que podría fijar sus propios estatutos y no eran restringidas en las materias que podrían enseñar o cómo se organizaron.




Los fundamentos de la ciencia moderna

La ciencia moderna surgió como el triunfo de tres civilizaciones: griega, árabe y latino cristiana.
Sin embargo, a finales de la Edad Media (1400), la masa total del conocimiento científico era mucho mayor de lo que había sido al final del imperio romano; se había creado un hogar institucional para la filosofía natural: la universidad. El escolasticismo había creado un tipo de cultura intelectual interrogativa y curiosa; se habían formulado preguntas importantes y se habían logrado avances en su respuesta.

Entre 1150 y 1500, los europeos más alfabetizados habían tenido acceso a los materiales científicos que cualquiera de sus predecesores en culturas anteriores.


Esto permitió que la filosofía natural se desarrollara de formas que antes no habían sido factibles y que condujeron a la Revolución Científica.



 El nacimiento de los derechos naturales

La evolución de los derechos en el pensamiento europeo comenzó con el “Renacimiento del Derecho” a finales del siglo XI y principios del XII.

Durante el siglo XII hubo un gran resurgimiento de los estudios jurídicos, centrado alrededor de la ciudad de Bolonia en Italia. Al presentar definiciones subjetivas de Ius naturale, los abogados canónicos llegaron a ver que un concepto adecuado de justicia natural debía incluir un concepto de derechos individuales.


Hacia el año 1300, los juristas de la comuna de Ius habían desarrollado una sólida lengua de derechos y creado una serie de derechos derivados de la ley natural.


Durante el período de 1150 a 1300, definieron los derechos de propiedad, autodefensa, no cristianos, matrimonio y procedimiento como arraigados en la ley natural, no positiva.

Sociedad feudal

Sociedad Feudal


El término feudalismo viene de la palabra feudo, que era el nombre que se le daba a los territorios que los reyes medievales entregaban a los nobles a cambio de sus servicios.
El sistema Feudal que en principio era de carácter militar, terminó siendo un sistema en el que era el señor quien impartía justicia, lideraba militarmente, llevaba la administración de su feudo y cobraba tributos a los vasallos, que terminaron cultivando sus campos y pagando a cambio de protección.


Cuando hablamos de feudalismo nos referimos al sistema político, social y económico que surgió en Europa occidental a partir del siglo IX y que se consolidó plenamente entre el siglo X y el siglo XIV. A partir del siglo XV, se abre un período de transición, donde seguían vigentes muchos rasgos del sistema feudal al mismo tiempo que se iban desarrollando las condiciones para el posterior surgimiento del sistema capitalista. Veamos a continuación en qué consiste exactamente el sistema feudal.


Elementos de la sociedad feudal


El feudalismo es un fenómeno propio del reino franco, es decir, los territorios incluidos entre los ríos Rin y Loira, que se vio acelerado por las guerras civiles y las invasiones que experimentó durante los siglos posteriores al Imperio carolingio, y que se articula alrededor de dos elementos clave, el vasallaje y el feudo. Ante la inseguridad reinante, muchos propietarios de tierras buscaron el amparo y protección de otros señores más poderosos, a cambio de cederles su vasallaje y fidelidad o un censo o gravamen. De esa forma, la pequeña propiedad pasaba a ser de tipo feudal o censal, respectivamente. Los señores intermedios entre éstos y la autoridad real fueron adquiriendo cada vez más poder, tanto sobre la tierra como sobre los hombres vinculados a ella, de tal manera que paulatinamente fue desapareciendo la propiedad libre. Para asegurarse la lealtad del vasallo, el señor le entregaba a cambio un bien de naturaleza real, el feudo; éste se materializaba en forma de tierras o derechos, pero nunca con la propiedad plena sobre el mismo.


El acuerdo entre ambos se efectuaba mediante la ceremonia del homenaje, por la cual el vasallo juraba fidelidad al señor, y éste lo acogía, ofreciéndole defensa y protección. La fidelidad estaba generalmente centrada en el campo militar, de manera que el vasallo se obligaba ante su señor a prestarle asistencia en caso de guerra, si bien el tipo de ayuda variaba mucho entre lugares o épocas. Así, podía tratarse, entre otras obligaciones, de combatir a su lado, prestarle contingentes, simples servicios de vigilancia, una contribución a las cargas financieras que suponían las campañas o incluso participar en el pago de rescate en caso de que aquél fuese capturado. En algunas zonas, como Francia o Alemania, el vasallo debía asesorar al señor en la toma de decisiones importantes.


La economía feudal


Todo el sistema estaba basado, como vemos, en una asistencia mutua entre señor y vasallo, la de este último de tipo militar en la mayoría de las ocasiones; esto implicaba la necesidad de recursos para sufragar los gastos que suponía el mantenimiento de un caballo, un castillo o un contingente militar. Por este motivo, el feudo debía tener capacidad para generar ingresos suficientes a quien lo detentaba. Sobre el dominio señorial se percibían unas prestaciones que podían ser en especie o monetarias, como jornadas de trabajo en las tierras del señor, pago de tributos, contribuciones y tasas, o por la utilización de determinados servicios o bienes (molinos, montes, puentes o caminos); con carácter excepcional, el señor también podía percibir ingresos por la venta de tierras (laudemio) o la redención de obligaciones (remensa).


Entre las múltiples figuras que se crearon para recaudar ingresos, destaca el diezmo, percepción que cobraba el señor por el mantenimiento y reparación de un templo que era utilizado por los aldeanos como parroquia. Los señores feudales no eran siempre militares, sino que la propia Iglesia estaba también integrada en este sistema. Las catedrales, abadías y monasterios tenían también posesiones, y el diezmo se convertía así en una de sus fuentes principales de recursos.